21.7.07

Quien te entienda, que te compre.

He vuelto, así un poquito. Hace un rato me apetecía escribir un cuento, pero temiendo que sería obvio que es sobre mí... me ha entrado el pudor. Luego, como no sabía qué hacer o no quería hacer lo que tengo que, he cambiado la plantilla: no ha sido nada fácil elegir entre los 31 diseños que generosamente nos ofrecen, la verdad. Sólo sé que quería algo muy oscuro y melancólico, un poco la antítesis de mis adentros. Y sólo había este negro, el "Minima Black". Pero está bien. Después me ha dado por pensar que no hablo como escribo. Me vuelvo súper pedante y rebuscada, yo ni utilizo tiempos compuestos, ni hablo tanto seguido ni tan bien dicho. En fin, lo bueno de escribir es que puedo procesarlo y dejarlo bonito, tengo todo el tiempo. Así que lo más cerca de ser espontánea que estoy es... en las gradas, que no me pille el toro :)

Pérdoneme padre porque he pecado.

He entendido unas cuantas cosas en este tiempo de retiro espiritual (he vuelto para exhibirme). Que se puede vivir menos estresado y que es muy importante escuchar al cuerpo (al tuyo tú, al mío yo), que dice muchas cosas importantes. Aunque estresarse un poco también es bueno, sí. Que las medicinas no sólo se venden en las farmacias, que tú me curas mucho más cuando te preocupas por mí. A pensar menos unas veces y a pensar más otras, depende... cuándo ya no te puedo decir. Que los relojes marcan el tiempo más rápido o más despacio según la gravedad o según te lo estés pasando. Que no entiendo algo hasta que soy capaz de explicárselo a mi madre o a mi abuela. Y así más cosas. Por último, una reflexión antes del adiós: gran parte del conocimiento está blindado porque, en realidad, nos mola que nadie nos entienda o que nos entiendan sólo algunos. Así que a todos los científicos, profesores, gobernantes, animales o personas ininteligibles por mí, sólo os digo... que os jodan. Y a todo el mundo en general decir que... hace tiempo que Belén Esteban ya no mola.