24.7.06

Varsovia... me matas (1ª Parte)


Después del periplo polaco... he vuelto a casa.

Cuando salí de Madrid aquel 9 de julio estaba confiada, duchada y fresquita. El viaje hasta Frankfurt confirmó mi idea de que las aerolíneas alemanas tienen unos azafatos de lo más altos, anchos y grandes. Posiblemente lo piense porque soy de tamaño manejable y no sé comparar. O a lo mejor es verdad... En otro viaje una azafata alemana tipo Jana casi me mata por encender el móvil en el avión (cosa que debería haber hecho porque soy gilipollas). Me encanta lo metódicos que son, cómo cogen y recogen las bandejas, cómo sirven las bebidas, cómo recogen las basurillas... Y lo mejor, ese momentazo en el que se pasean por el pasillo con los brazos extendidos pegando las manos a los guardacosas... Eso es volar y lo demás no existe.

Los aeropuertos alemanes son de lo más futuristas. Por ejemplo, el de Frankfurt lo conozco bien porque tuve que esperar como 3h. Incluso tuve tiempo para ver la final del mundial de fútbol, con lo que me gusta a mí:


Después tocó el vuelo hacia Varsovia, finalmente, con las azafatas rubias con cara de polacas y el azafato con pancita y bigote, también rollo polaco. Al lado tenía a un tío de Arabia la Vieja o de por ahí que me contó su vida. Yo abrevié la mía y me puse los cascos porque cuando viajo habitualmente soy antisocial.

Y llegué al aeropuerto: todas esas palabras que no entendía... corrí hacia la cinta de las maletas. Vi la primera y aplaudí internamente por mi buena suerte... hasta que vi, era un hecho, que la maleta con toda mi ropa no estaba. Y no fui la única, más de 10 personas corrimos a llorar la pérdida de nuestras maletas al mostrador. Con mi inglés oxidado e intentando entender el inglés extraño del tío, puse un WANTED y salí de allí a esperar que me recogieran, cual paquete de MRW.

Me recogieron, sí, me recogieron mientras esperaba sentada en un trolley (a.k.a. carrito de llevar las maletas) con cara de abandono. Por las molestias les recompensé con el jamón serrano y el pan que me había metido mi madre en la mochila:

A pesar de todo, incluso del calor que hacía (porque hacía mucho calor) estaba contenta por llegar por fin. Me llevaron a un bar en el que estaba la otra gente del curso y no me cansé de repetir la ausencia de mi luggage :_(

La verdad es que este es el único día en el que recuerdo lo que hice xD

Como bien dice en este panel, aunque es más probable que te quedes ciego antes que conseguir leerlo, esto es lo que he aprendido con este viaje:


Así empiezo a contar esta historia. Por hoy me he cansado, sólo de recordarlo me canso y me canso. Si quieres saber más te esperas a otro día. Poco a poco, que no me gusta contarle mi vida a cualquiera.

1 comentarios:

Anonymous Anónimo ha dicho...

¿me presentas al rubio de rojo?

25/7/06 02:47  

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