Esta mañana sabía exactamente lo que quería escribir, de verdad tenía algo inquieto que quería contarle al mundo... Rediós. Me he olvidado. No me acuerdo ni de cómo te llamas.
¿Cuá era tu canción favorita de "Barrio Sésamo"? La mía era la del niño que llevaba a su llama al dentista
("yo y mi llama / que Llama se llama / vamos a la clínica anuaaaaaal"). Este tipo de camélido es un animal doméstico, que lo sepas tú para tu cultura. Además, no existían de por sí, no cayeron en la tierra de una patada en el culo de la diosa, sino que fueron "creadas" por los antiguos pobladores andinos después de domesticar a unos tales "guanacos". Cual replicante, cual robot.
Yo ahora mismo me siento como una llama. Mis padres me domesticaron (yo nací guanaco) y estoy reconvertida, soy un ser doméstico. Pero, ¿las llamas no escupen?
Qué días más pochos estos. Me despierto, veo borroso, veo la pared blanca al sacar la cabeza por la ventana. Y todo gris, ese calor bochornoso, esa lluvia contenida. Como la ira en los mansos. Me jode que el estado de ánimo lo controle algo tan arbitrario como es el TIEMPO. Pero el tiempo de Paco Montesdeoca, no el de Antonio Machado. Ese tiempo que me trastoca el organismo y me hace comportarme como un camélido cuando en realidad estoy alegre... ese tiempo que me alegra el día cuando sólo querría escupirte a lo llama.
Porque sé que en días como estos sólo tengo la parte de erizo, la parte que da patadas de la burra... la parte menos maja, oiga. Pero que todos los animales de la granja son, a pesar de esos días en los que no ponen huevos o no dan leche, buena gente.
Por último, qué bonitas palabras son
"llama" y
"esputo". Y las llamas tienen una sola joroba, que lo sepas, no te confundas y ándate con ojo.
