Existencia de dos polos

Y tal como viene, se va.

Creía que sólo podía tener una sola cosa en la cabeza, pero he descubierto que puedo tener hasta tres. Mira tú, algo tan intrínsecamente femenino como es poder hacer varias cosas a la vez nunca se había manifestado en mí.

¿A costa de qué he ganado en feminidad?, a cambio de que todo eso, junto, agitado y en ebullición está a punto de volverme loca. Preferiría poder centrarme en una cosa nada más, querría poder interpretar maravillosamente los mapas y tener visión espacial... y tener la capacidad verbal desconectada de las demás capacidades. No tengo una mentalidad estrictamente femenina ni estrictamente masculina. Porque hay hombres buenos y mujeres malas, y mujeres malas y hombres buenos. Y sus circunstancias. Y los tópicos y los roles y el género. Y mis padres y los tuyos. Y tus abuelos, toda tu familia. Y después estás tú y estoy yo, con mi mentalidad que no es estrictamente ninguna...

Nos pasamos la vida intentando encajar en algún sitio, descubrir quién coño somos, de dónde venimos, a dónde vamos (hey, son tópicos, pero son universales) para acabar descubriendo que para esas preguntas, no hay respuestas. He visto la luz, alguien sabio dijo que un problema deja de serlo cuando no tiene solución. ¿Quiere entonces decir que no saber quién soy o dónde se supone que está mi sitio no es un problema? Quiero decirlo, quiere, y lo único que realmente me importa es que en ese sitio estés tú conmigo. Y después ya veremos (hemos llegado previamente a la conclusión de que siempre pasa lo que no se espera)

Si no todo se redujese a una existencia de dos polos, en este mundo habría sitio para ti y para mí.

Y tal como viene, se va.